Génesis 12:1-19
Dios habla con Avram, diciéndole "Vete de tu tierra, de tu lugar de nacimiento y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré". Allí, dice Dios, hará de Avram una gran nación. Avram y su mujer Sarai, acompañados por su sobrino Lot, viajan a la Tierra de Canaán, donde Dios se le aparece y le promete que daría aquella tierra a su descendencia; En ese lugar Avram construye un altar a Yehovah y se establece.
La hambruna causa que Avraham viaje a Egipto, donde la hermosa Sarai es llevada al palacio del Faraón; Avram se escapa de la muerte porque se presentan como hermano y hermana. Una plaga evita que el rey egipcio toque a Sarai y Dios lo convence de que debe devolverla a Avram. El rey egipcio los hecha de su tierra y Avram vuelve a la tierra de Canaán.

Génesis 13:1-18
De vuelta en la Tierra de Canaán, Lot se separa de Avram por la abundancia de sus bienes y se establece en la malvada ciudad de Sdom,

Génesis 14:1-24
donde es capturado cuando el ejército de Quedarlaomer y sus tres aliados conquistan las cinco ciudades del Valle de Sdom. Avram sale con una pequeña banda de 318 hombres a rescatar a su sobrino, derrota a los cuatro reyes, y es bendecido por Melquizedek el rey de Salem (Jerusalén), puesto que recuperó los bienes y los cautivos de esas tierras.

Génesis 15:1-21
Dios sella y establece el Pacto Entre las Partes de animales con Avram, donde el exilio y la persecución  del pueblo de Israel le son informados y la Tierra Santa es asignada a ellos como su herencia eterna.

Génesis 16:1-16
Aún sin hijos, diez años luego de su arribo a la Tierra, Sarai le dice a Avram que se case con su sirvienta Hagar. Hagar concibe, se vuelve insolente hacia su señora, y se escapa cuando Sarai la trata duro; un ángel la convence de retornar y le dice que su hijo será el padre de una nación numerosa. Ishmael nace en el año 86 de la vida de Avram.

Génesis 17:1-27
Trece años después, Dios cambia el nombre de Avram por Avraham ("padre de multitudes") y el de Sarai por Sara ("princesa"), y promete que tendrán un hijo; de este hijo, a quien deben llamar Itzjak ("se reirá"), surgirá la gran nación con la cual Dios establecerá Su pacto especial. Avraham es mandado a circuncidarse a sí mismo y a sus descendientes por todas las generaciones como una señal del pacto entre Yehovah y el pueblo de Israel.